El Internet de las Cosas o IoT todavía está en un momento en el cual sus principales implementaciones son pruebas. Sin embargo, hay un sector en el que sus posibilidades son realmente atractivas: el de la salud. Es lo que se denomina ya IoMT o Internet de las Cosas Médicas.
El IoMT está creciendo gracias a las tecnologías que están facilitando cada vez más las interconexiones entre dispositivos. El WiFi, las etiquetas de identificación de radiofrecuencia (RFID) y la comunicación de campo cercano (NFC) han sido las protagonistas de esta innovación.
La tecnología y la medicina a distancia
La primera aplicación de la que siempre se habla al comentar el IoMT es el de la telemedicina o servicios clínicos a distancia. A través de wearables y los dispositivos electrónicos Smart, los centros médicos pueden monitorizar al paciente en tiempo real. Esto supone un gran ahorro de tiempo y sobre todo una ventaja para personas con problemas de movilidad reducida.
La Realidad Aumentada y la IA también pueden ser muy útiles tanto a distancia como para la formación de profesionales y la prevención.
La tecnología en la logística de la medicina
En el control de stock y de colocación de equipos médicos el RFID ofrece muchas soluciones. La gestión de las cantidades es cada vez más sencilla al tener los datos de estas en tiempo real y conectados en todo momento.
Por otra parte, los drones pueden ser útiles en el refuerzo de emergencias sociales y sanitarias, especialmente cuando hay dificultades de acceso. Puede que hasta en el futuro sirvan para distribuir mejor y más fácilmente medicamentos.
Y por supuesto el Big Data podrá ser clave a la hora de prevenir pandemias y gestionar datos médicos a gran escala, así como facilitar el estudio de la salud por áreas.
Sean cuales sean las tecnologías que más se implanten en la medicina, está claro que la conectividad y los dispositivos inteligentes supondrán una gran ventaja para la salud de todos.