“Quizás quisiste decir: Big Data: la revolución de los datos masivos.” En los inicios del buscador de Google, pocas personas se podrían haber imaginado que una herramienta de búsqueda en Internet serviría como corrector ortográfico, o que insertar un CAPTCHA para demostrar que eres un humano y no una máquina ayudaría a digitalizar libros antiguos. Todo esto es ahora una realidad, a causa y en consecuencia de los Big Data.
Actualmente, con la evolución de las TIC y la informática, se mueven una gran cantidad de datos alrededor del mundo de forma digital, tanto cuando respondemos al teléfono como cuando ponemos el GPS, entre muchas otras acciones cotidianas como pueden ser hacer una transferencia o comprar con tarjeta en el supermercado. Todo son números, palabras, información, datos que se almacenan en algún sitio y que se aprovechan para otros fines.
Aunque esto pueda ser considerado un ataque a la privacidad personal, debemos tener en cuenta que de un modo u otro siempre hemos estado “controlados”, lo único que cambia es el formato. Del papel a los 0 y 1. La ética es compleja en este aspecto puesto que lo que es transparencia por un lado es falta de privacidad por el otro, y lo que puede ser aprovechado para infiltrarse o espiar, también puede ser usado para mejorar la sociedad. Esta colaboración que le proporcionamos a las empresas de forma casi inconsciente recibe el nombre de “crowdsourcing”, traducido como colaboración abierta distribuida. El objetivo es el de ampliar abiertamente tareas que antes hacían empleados o contratistas. Este cambio de la recogida de datos está afectando ya a las rutinas de la gente, y ya hay empresas que usan el Big Data para aumentar o enfocar su producción y ventas, como por ejemplo restaurantes que predicen la buena temporada de marisco o compañías de seguros que premian al asegurado ofreciendo un seguro de vida más barato si se hace ejercicio.
Los fines de este método no sólo son para empresas individuales, la recolección de datos puede servir para mejorar las infraestructuras de las ciudades según la necesidad de las personas e incluso personalizar más la medicina.